El Reino de los Grillos
La Ciudad Albina
Pasadizos de gatos
Lugar de maravilla. Lugar donde las hadas nacen y adquieren alas de colores.
Entre los llamativos verdes lima-limón, verdes furiosos y verdes profundos hay criaturas jamás vistas. Se les escucha, se les presiente, se les huele...mas no se dejan ver.
Viven en castillos de blanco. Blanca piedra, blancos muros donde quema el sol.
La mano destructora, la mente aprovechadora de nuestra especie los aterra y no concuerda con su vivir. No se dejan ver.
He pasado mucho tiempo sola dentro de un concierto de gente.
He estado en silencio rodeada de bulla.
Años de escaparme, y ahora soy mi mayor compañía.
Yo conmigo observo mi mundo alrededor.
Mundo construido por mi mente, cuerpo, emociones y sentidos.
Una composición de realidad.
Los obstáculos son mis obstáculos.
Los desafíos míos...propios.
En viaje.
Qué está al azar? Me gusta pensar que nada, pues todo es parte mía o parte de mí.
Nada es trivial.
Para mí
Contigo. Seas quien seas. Pero estas.
Las lecciones a aprender son mías, presentadas en el momento debido.
Las tomo? Las ignoro?
Me responsabilizo?
Yo conmigo misma, en mi silencio, en mi soledad logro disipar la niebla...poco a poco. Un poco.
No es fácil y tengo momentos de debilidad.
Aprendo, sí. Aprendo sobre la diferencia. Mi diferencia. Yo, tu, ellos, nosotros.
Aprendo del gustar. Gusto, no gusto. Gustas, no gustas. Gustaré y gustarás.
Aprendo del estar. Del querer estar, de la elección. Es una elección.
En una tierra lejana, de lengua desconocida e irreconocible. En un lugar donde mi cáscara no se reconoce, pero los corazones laten igual y el cuerpo sangra igual. Los mares que emanan y recorren nuestras mejillas son igualmente salados.
Inhalo el aroma lila,
Sigo el ritmo de los insectos,
Mi piel morena contrasta el blanco
Ronroneo de manera felina
Siento el sol.
Yo conmigo aprendo a amar.
El expandir el corazón con pasión y compasión.
Del amar entendiendo, comprendiendo.
Amo con mi piel, amo con mis pestañas, amo con mis pies.
Me ama mucho, poquito, nada.
Si la elección es tan simple entre amar y no-amar, por qué no jugar las cartas que tenemos y por qué no entregarse brazos abiertos al porvenir?
Un abrazo de pasión, donde sentiré tu cuerpo contra el mío, donde inhalaré y exhalaré tu mismo aire, donde nuestra cercanía nos derretirá haciéndonos viajar a alguna estrella lejana.
Fía.
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