La otra vida de una mujer del mar.
En tiempos aquellos donde ella era de montaña.
Jugaba con tierra, con ramas y pinos. Ahora con amigos de arena y sal.
Cómo no soñar con elfos, madera y radiantes rayos de luz entre las hojas? Si su vida era la tierra, sus colores verde y café.
Mujer de piernas fuertes, manos ásperas, corazón palpitante, furioso, pero tan tierno.
Ahora se encuentra rendida ante las olas, con aire de algas, metálico, y áspera como la sal. Baila cuando llueve.
No sabe por qué, pero sueña con abejas y fogatas de madera. Encontrar rayos de luz en pétalos de flor.
Los astros le muestran su hogar submarino, azul. Su cuerpo de pulmones anchos la guían por corrientes y corales.
Su pasión late y aúlla por correr praderas de maíz, como una aguja caliente que punza por su espalda y atraviesa su corazón.
Por qué esta amargura? Este sentir inadecuado?
Sus penas son breves pero vibran inquietantes.
Mujer del mar con pies empolvados.
Conoce tu historia y ahora abre tu ser al mar y al amor de burbujas.
Lloraste, sentiste, amaste y caíste.
La otra vida.
La rueda gira, el hilo se teje.
Ayer, trenzas de canela, hoy canto de sirena.
La otra vida.
Punza, late y se libera.
Se quema.
Desde alta mar mira la montaña. Sonríe. Tu fuiste montaña, tu eres montaña y mar.
Esta vida...
Espuma.
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