Leí esta carta que mi hermano me envió. Y esta es mi respuesta:
Comparto lo importante y necesario que es conocer la realidad cotidiana de una familia chilena de "clase media".
Personalmente me produce gran empatía, tristeza y preocupación por lo descrito: es una angustia constante por el costear la vida--una vida honesta, simple, sin lujos. Y, repito, un sentimiento de angustia...cuando la vida debería ser hermosa, gratificante y llena de oportunidades (a todo nivel, no sólo económicas).
El costo de la vida...
Pienso en esa frase y siento que hay algo medio venenoso con ese decir.
Sí. Hay sacrificios, esfuerzos, trabajo, lucha, disciplina; pero plantearse el pasar por esta vida como un "costo" conlleva una connotación de descontento, de entrega/pérdida sin retribución (en vez de un flujo de dar-recibir), y siento que priva de libertad.
Lamentablemente esa es la realidad de muchos. Estar encadenados,como Segismundo, a una torre sin poder desarrollarse ni expresar su verdadero Ser (con sus potencialidades) al mundo.
Cómo vencer esas cadenas? Cómo volcar el sistema tan injusto e inhumano? Cómo cambiar el enfoque sobre lo que significa vivir, existir?
No se trata del dólar, de producciones masivas de "necesidades ficticias" y desechables. Nos hemos convertido en una población hambrienta, glotona, insaciable. Es triste, y sinceramente me duele ver que somos una masa mal-tratada. Abusamos del planeta, de nosotros mismos, maltratamos al hermano, al vecino, a nuestra pareja, a nuestros padres y ancestros. Y nos hemos acostumbrado a este comportamiento: se ha convertido en un hábito de nuestras acciones, pensamientos y sentimientos.
Tal como las cadenas y la inhóspita torre, ésta es nuestra "realidad". Como víctimas y victimarios de este abuso hemos perdido noción y MEMORIA de lo esencial de la vida, de que nuestras intenciones y acciones tienen consecuencias, que la vida es maravillosa, que el sol sale y nos brinda luz todos los días, que no estamos solos y que la raza humana es una especie más en este precioso planeta. El sufrimiento y la tortura no es normal.
Yo soy optimista. Tengo fe y creo profundamente en el poder del cambio. Yo he estado en un lugar muy obscuro (conmigo misma y otros) por mucho tiempo, pero veo y siento los rayos de sol perforando las nubes tras la tormenta. Y ahora yo me siento llena de luz por dentro.
Yo creo en cambiar la frecuencia--entonar con cuerpo, mente y espíritu en lo positivo y en grandes cambios hacia un buen vivir. Un vida que todos merecemos. Creo en la fuerza que todos tenemos si nos unimos hacia el camino de la felicidad, el agradecimiento y el respeto. Para eso se necesita conciencia, esfuerzo, acciones y fe. Cada acción importa, cada uno de nosotros importa--grano a grano, piedra a piedra, semilla a semilla crearemos un mundo aún más maravilloso.
Hay temor al cambio, y está la tendencia a ser incrédulo.
No es un mensaje iluso y de ideas---es de acción.
Yoga Sutra 2.1: Tapah Svādhyāya Īśvaraprānidhānani Kriya Yogah
**Yoga de Acción: Esfuerzo, disciplina; Evaluación, Conciencia, Reflexión; Devoción, Sacrificio.**
Bob Marley knew what he was saying:
-Fía
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